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lunes, 13 de abril de 2009

Falta de políticas de tierra afecta la seguridad alimentaria indígena

“Tradicionalmente el Estado boliviano no implementaba políticas de tierra que respeten las necesidades culturales de los publos indígenas, ni mucho menos les dotaba de espacios territoriales que garanticen el desarrollo pleno de sus capacidades productivas, como se demuestra por los altos índices de pobreza y vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria que estos pueblos sufren”, se señala en el libro “Uru Chipaya y Chullpa. Soberanía Alimentaria y Gestión Territorial en dos Culturas Andinas”, presentado en abril.

Adalberto J. Kopp y Álvaro Díez Astete, en base a la experiencia realizada en la institución de la que forman parte, Centro de Servicios Agropecuarios y Socio-Comunitarios, realizaron una investigación exploratoria en las comunidades señaladas en septiembre de 2007.

En este trabajo describen la realidad actual de la situación etnoterritorial de los Uru Chipaya y los Chullpa del altiplano sur de Bolivia. En base a testimonios de los comunarios y de estudios previos, plantean que estas comunidades mantienen sus valores y normas culturales a pesar de haberse adaptado, durante siglos, a sistemas económicos y culturales diferentes del ayllu, encontrando una alternativa en la reciente legislación agraria que crea las Tierras Comunitarias de Origen (TCO).

Describen que estas comunidades están garantizando la provisión constante y segura de alimentos porque su cultura los obliga al cuidado y la preservación de los suelos y los recursos naturales. “Ambas culturas han desarrollado y adaptado sofisticadas tecnologías, como el ‘lameo’ de las tierras áridas y salitrosas del territorio Chipaya, o el sistema de rotación de ‘mantas’ y el celoso cuidado de las semillas de variedades de papa, entre los Chullpa”.

Su producción no busca la máxima ganancia sino el menor riesgo, una norma que la comunidad cuida en todos los niveles de la organización.

Tienen el desafío de lograr, a pesar de intereses externos, reconformar su territorio TCO para implementar proyectos de desarrollo agropecuario y turístico, que están en su debate.

Existen autoridades paralelas

Las organizaciones sociales comunal e intercomunal tienen plena vigencia en la cultura Uru Chipaya pero encontraron la forma de establecer vínculos complementarios con la organización político-administrativa del actual municipio.

Esta acción la realizaron principalmente porque sus necesidades de solucionar temas sensibles, como el avasallamiento de tierras por parte de los aymaras de Huachacalla, no son atendidas por el Alcalde.

El Comité de Vigilancia está integrado por cuatro miembros de los cuatro ayllus que conforman su territorio. Ante la poca efectividad, por falta de recursos, decidieron conformar la organización originaria Suyu Uru Chipaya, con el fin de materializar su crecimiento socioeconómico.

Menor riesgo en tecnologías

En el área rural del municipio de Llallagua se encuentran los ayllus Chullpa y Sikuya, que según estadísticas oficiales tienen una vulnerabilidad baja en seguridad alimentaria.

Según el estudio, la cultura del menor riesgo y las tecnologías que aplican distan de resolver sus problemas, por influencias del cambio climático, progresiva parcelación de tierras por el incremento poblacional y la ruptura de sus espacios históricos que les permitían intercambiar productos.

Si bien todas sus actividades giran en torno a asegurar la alimentación, con producción agrícola, ganadera y artesanal, son las mujeres quienes las realizan solas porque los esposos, en su mayoría, viajan a los centros mineros para trabajar.

Los autores

Adalberto J. Kopp • Alemán que llegó a Bolivia en 1971. Realizó estudios y ensayos sobre la realidad de pueblos rurales.

Álvaro Díez Astete • Boliviano y antropólogo. Defiende los derechos políticos e interculturales de los pueblos indígenas.

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