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miércoles, 29 de abril de 2009

Consorcios Tecnológicos Agropecuarios apuestan a aumentar la competitividad del sector

Ministra Marigen Hornkohl que estas entidades de fruta, papa, leche, ovino, apícola, biofrutales y vino, son claves para incorporar la innovación a la cadena productiva.
Ministerio de Agricultura de Chile

La Ministra de Agricultura, Marigen Hornkohl, destacó los avances y las metas planteadas por los Consorcios Agropecuarios y afirmó que este trabajo aumentará la competitividad del sector.

La autoridad realizó esta afirmación durante el desarrollo del Encuentro Nacional de estos consorcios, organizado por el Minagri a través de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), ocasión en la que se expusieron y evaluaron avances y desafíos de estas entidades.

Hornkohl, indicó que ''los consorcios tecnológicos son una muy buena manifestación del trabajo mancomunado de los sectores privados, científicos y público. Son el logro de uno de los activos más valiosos del país: la confianza entre los distintos actores de las cadenas alimentarias y el Estado.
La Agenda Estratégica del Minagri tiene como uno de sus pilares generar más y mejor innovación en el sector y, en esta perspectiva, los consorcios tecnológicos y los clusters juegan un rol fundamental. Y es que Chile enfrenta un gran desafío: constituirnos en una potencia alimentaria y forestal''.

La secretaria de Estado afirmó que este instrumento busca apoyar al sector privado en la generación de una empresa de base tecnológica para su industria. Operan a través de proyectos que buscan generar tecnologías y sus aplicaciones como también el desarrollo del capital humano y la transferencia tecnológica vinculada a la actividad empresarial.

La Ministra Hornkohl señaló que, dadas las dimensiones de la economía chilena, no cabe duda de que la principal fuente de su dinamismo lo constituye la apertura comercial y los vínculos con los mercados externos.

''Es por ello que se debe seguir robusteciendo la tarea de incorporar nuevos productos y actores a nuestra oferta exportable y sus procesos. En este contexto, es fundamental fortalecer la competitividad del sector agropecuario a través de investigación aplicada y desarrollo''.

El Minagri, a través del FIA, coordina y cofinancia los consorcios tecnológicos agropecuarios hortofrutícola, de la leche, apícola, ovino y de la papa. El resto de las entidades sectoriales, Biofrutales y TecnoVid-Vinnova, están a cargo de CONICYT y CORFO, respectivamente.

Durante la segunda jornada del encuentro participaron las gerencias generales y entidades tecnológicas de los ocho consorcios invitados, expusieron el consejero del Consejo de Innovación para la Competitividad, José Miguel Benavente, y el presidente de la Fundación para el Desarrollo Frutícola (FDF), Jaime Lavados.

El desafío de la consolidación

La creación de los consorcios tecnológicos partió en 2004, teniendo como modelo el Programa de Centros de Investigación Cooperativa (CRC) de Australia, desarrollado con éxito en ese país desde 1991. Los CRC se han constituido en un sistema único, diseñado para hacer converger en un solo objetivo común las dinámicas de dos sectores distintos: ciencia e industria.

A partir de ese año, FIA, CONICYT y CORFO invitaron a empresas, instituciones de I+D y universidades chilenas a presentar propuestas de Consorcios Tecnológicos Empresariales de Investigación. La convocatoria hizo posible la aprobación y puesta en marcha de nueve consorcios, en diversos sectores de la economía nacional.

En 2005, se realizó una segunda convocatoria para impulsar el desarrollo de tres tipos de consorcios, en procesos paralelos, al alero de los mismos organismos. En esta oportunidad, se seleccionaron 10 programas más. El FIA actualmente coordina y cofinancia 5 consorcios tecnológicos agropecuarios con recursos del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC).

El director ejecutivo de FIA, Rodrigo Vega, puntualizó que ''en estos últimos tres años se han logrado avances importantes en la ejecución de los consorcios agropecuarios. El desafío que enfrentamos es reflexionar respecto a lo hecho para así, por una parte, fortalecer a aquellos consorcios que enfrentarán en los próximos años su etapa de autosustentabilidad, y por otra, que se generen espacios inter-consorcios (más las entidades tecnológicas asociadas) para transmitir ?especialmente hacia aquellos que recién emergen? las mejores prácticas en la gestión''.

Avances

De los consorcios que coordina y cofinancia el Ministerio de Agricultura a través de FIA, los más antiguos son el de fruta y leche, que entraron en operaciones en 2006. El primero, cuyo objetivo central es aumentar la rentabilidad y competitividad de la industria frutícola de exportación, a través de la generación de variedades propias, ya muestra logros concretos.

El año pasado se obtuvo los primeros resultados de los cruzamientos de vides, se trasladaron a invernaderos y se definió un plan de cruzamientos de carozos y se diagnosticaron los problemas de productividad del cerezo.

En esta entidad participan 27 de las principales empresas productoras y exportadoras frutícolas del país, además de la Asociación de Exportadores de Chile (Asoex) y la Universidad Católica.

El Consorcio de la leche, que reúne a las principales compañías lácteas del mercado nacional, se ha enfocado en esta primera etapa a generar información técnica que permita mejorar la competitividad del sector. Así, en 2008 publicó el documento ''Composición de alimentos para el ganado bovino''.

Más reciente es la constitución de los consorcios ovino, papa y apícola. Los tres se crearon en 2007 e iniciaron sus primeras actividades el año pasado.

El ovino agrupa a empresas y entidades tecnológicas para adecuar y desarrollar recursos humanos, capacidades técnicas, nuevas tecnologías, prácticas de manejo y estrategias de marketing. Todo ello, con el objetivo de aumentar la rentabilidad al generar productos de mayor valor agregado.

Por ello, su acción se enfocará a mejorar varios aspectos que atentan contra el negocio. En 2008, por ejemplo, se pusieron en marcha proyectos en áreas como genética, modelos de negocios, germoplasma forrajero y predios demostrativos, entre otros.

También, buscando fortalecer la cadena de valor de la miel, el consorcio apícola se encuentra implementando sus principales líneas de trabajo, entre las que destacan la optimización y trazabilidad de los manejos sanitarios y productivos, y de los procesos industriales; y establecer programas de investigación y desarrollo, con orientación empresarial y formación de recurso humano.

En tanto, los productores y entidades tecnológicas asociadas al consorcio de la papa están apostando sus esfuerzos a incrementar su participación en el mercado internacional, exportando una diversidad de productos como semillas, papa consumo, productos procesados y variedades de papa genética con propiedad.

Fuente: www.argenpapa.com.ar

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