
Las provincias Murillo, Omasuyos, Iturralde, Loayza, Los Andes, Ingavi, José Manuel Pando, Sud Yungas, Gualberto Villarroel y Aroma fueron afectadas por los fenómenos naturales. En total, una veintena de municipios fueron los más damnificados, según datos de la Prefectura paceña.
La directora del Servicio Departamental Agropecuario, Marta Gonzales, afirmó que el alimento que aún almacenan las familias afectadas les durará hasta mayo. “Sus papas deben estar dando del tamaño de los confites por el estado de la tierra. Y con eso pienso que sus provisiones les alcanzarán hasta mayo”.
Entre los sembradíos que se perdieron el 2008, antes del inicio de la época de cosecha, están la papa, la alfalfa y la cebada.
La Prefectura anunció esta semana que sólo cuenta con tres de los 57 millones de bolivianos que se requieren para atender a las familias afectadas. El dinero proyectado debe ser utilizado para socorrer a los campesinos, la dotación de semillas y la perforación de pozos de agua.
La crisis “está obligando a la gente a vender, a mitad de precio, el ganado que le queda para obtener un ingreso extra para poder comer”, aseguró el consejero departamental de la provincia Pacajes, Cecilio Cusi. La autoridad aseguró, además, que los campesinos del altiplano Sur están migrando del campo hacia las ciudades y hacia países vecinos como Argentina en busca de ingresos ante la pérdida de sus productos. “Ya varios (de los afectados) están saliendo (..) Tienen que buscar como para vivir”, dijo.
http://www.la-razon.com/versiones/20090418_006701/nota_257_796952.htm
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