Tarija los produce: Hongos que aumentan las defensas en 900%

El valle central de Tarija, por sus características naturales, es el único lugar en Bolivia apto para producir una prodigiosa variedad de hongos medicinales: se trata de los hongos Agaricus Blazei Murill que tienen la propiedad de aumentar las defensas del cuerpo en un 900 por ciento. Por esa particular cualidad, los Agaricus Blazei Murill han generado una extraordinaria y masiva demanda en Europa.

Hasta ahí parece cerrarse una ecuación virtuosa: un mercado asegurado, buenos precios, cosecha exclusiva y un producto natural que beneficia a la salud. Pero, a decir del principal impulsor del proyecto, se halla también en ese punto el principal problema:

“Hasta ahora las autoridades no nos apoyan y estamos solos”, dice Niels Erling Prahm, un investigador danés que se ha consagrado a los agaricus en el valle chapaco desde hace más de cinco años.

“Necesitamos un laboratorio más grande. El que ahora utilizo ocupa apenas un cuartito. También hace falta un buen galpón para almácigos. Eso permitiría que muchos productores locales se conviertan en exportadores, pero hasta ahora no hay autoridad ni local ni nacional que nos ayude”, dice Prahm.

Para el investigador danés este hongo medicinal representa el futuro de la medicina mientras da fe personal de su producto:
“Tengo 76 años y estoy bien sano”. Luego Explica la historia del hongo y cita las dosis que las personas, sanas o enfermas, deberían consumir según el caso. Destaca que el producto se constituye actualmente en uno de los mejores anticancerígenos naturales.

El hongo fue descubierto en un valle ubicado entre la ciudad de San Pablo y la costa del Atlántico en Brasil, en una zona llamada Sierra de la Piedade, a mediados de 1980. Surgió casi en medio de una leyenda porque en la zona se había hecho famosa la “Sopa de Dios”. Se trataba de una cocción que era consumida por los pobladores de aquel valle. Los estudiosos advirtieron que los pobladores de aquella zona eran muy resistentes a las enfermedades. Tras meticulosas indagaciones, descubrieron que el secreto se hallaba en los hongos que se ponían en la célebre sopa.

Las características de humedad, sombra y suelos del valle paulista se repiten en pocas áreas descubiertas hasta el presente, una de ellas, Tarija. Ahora, los campos están al aire libre bajo sombra: Estos sembradíos tienen un espacio de mil metros cuadrados en la comunidad de Santa Ana. La misma que trata de una muestra para que otras personas también se dediquen a producir el hongo. En días recientes, también se logró una siembra exitosa en las proximidades de San Luis. Por todo ello, Niels Prahm invitó a cualquier interesado para visitar estas instalaciones.

La producción por ahora es muy limitada porque esta iniciativa recién comenzó. A partir de enero hasta abril se procederá a la cosecha. Se ha establecido que por cada metro cuadrado se gana un dólar. Vale decir que con una hectárea bien trabajada se ganaría 10 mil dólares.

Pero ese ingreso se multiplica luego de un no muy complejo proceso de industrialización. “La producción de este hongo tiene un mercado seguro porque la gente de los países desarrollados tiene gran interés en consumirla. Se industrializa el hongo en un frasco que contiene 160 cápsulas del hongo pulverizado que cuesta 15 dólares. En este momento hay un acuerdo con países europeos para distribuir el producto, pero es mínimo”, aseguró. Eso en el mercado local. Afuera el costo se eleva. Esta iniciativa ocupa actualmente a más de 10 trabajadores en la producción de hongos.

Tras establecer las primeras relaciones comerciales, los productores locales del agaricus fueron alertados de una demanda cercana a los 10 mil frascos por día. Por ahora su capacidad de oferta queda leja ya que sólo pueden enviar un promedio de 100 frascos por día. Las posibilidades de incrementar la producción quedan libradas al apoyo que las autoridades de la Prefectura, la Alcaldía o el gobierno central puedan brindar, pero aún no llega.

“No existe ninguna visión por parte de ellos para producir algo tan reconfortable y de alto valor. Es importante que ellos hagan un laboratorio y luego una fábrica para producir semillas a todos los minifundios. No importa quién sea el dueño, pero es necesario que se haga materia prima para producción. Yo estoy acá para dar la idea y proporcionar el trabajo, pero no me responden”, afirmó Prahms.

CARACTERÍSTICAS

Según investigaciones recientes realizadas en laboratorios españoles, sobre la actividad farmacológica del Agaricus Blazei Murill, el hongo representa una de las más importantes especies en biotecnología y medicina, frente al cáncer, diabetes, hepatitis B y hepatitis C, hipertensión severa o moderadamente severa. Además se lo puede utilizar como alimento funcional y otras actividades farmacológicas investigadas, por ejemplo, frente a alergias y dermatitis atópica.

En observaciones clínicas el hongo también sirve como alimento funcional, tiene beneficios en relación con actividad antioxidante, antimutagénica, anticlastogénica, antiangiogénica, de reducción de la grasa corporal e infiltrada. Reducción en sangre de azúcar y colesterol, equilibrio de la tensión arterial, contra el estrés, mejora y modulación del sistema inmunológico; quimioterapia y radioterapia, así como, en teoría, tratamientos antibióticos, ausencia de efectos colaterales nocivos en su ingesta continua a largo plazo.

Además tiene utilización en la industria textil, ya que en el Agaricus Blazei Murill se ha descrito la presencia de una enzima denominada lacasa, que puede ser usada, tras algunos procesos, como un decolorante textil, con la bondad de ser ecológico y no contaminante.

HISTORIA

En 1980, se comienza a estimular una inicial demanda comercial en Japón. El desarrollo de adaptaciones a Japón y al sudeste asiático y producción por parte de empresas de este país de las variedades adaptadas. Son los comienzos de la variabilidad y distintos tipos de Agaricus Blazei Murill, y nacen las primeras leyendas y mitos comerciales. En 1982 se reconoció la clasificación taxonómica oficial como Agaricus blazei Murill y el nombre japonés oficial como Himematsutake.

La fortísima evidencia de que este hongo original presentaba una inédita actividad farmacológica frente al cáncer y a otras patologías graves, impulso que los mismos que adaptan por primera vez este champiñón de alto valor gastronómico al entorno forestal y clima de Japón para su producción allí y en el sudeste asiático. En 1994, un empresario de Sao Paulo, registró el nombre común con el que ya se le conocía por parte de los productores de los alrededores de Taipiraí.

El estímulo de la producción por su gran demanda en Japón hace que en la segunda mitad de los años noventa se constituya en un auténtico fenómeno mediático. En el 2000 se estimaba una facturación superior a los 600 millones de dólares de Estados Unidos en Japón. Esa facturación se dobló y triplicó en los tres años siguientes.

En septiembre de 2002 se llevó a cabo la presentación de la primera producción comercial de Agaricus Blazei Murill en una célebre Feria de muestras agrícolas de los Países Bajos. A finales de 2003 el autor de este artículo le puso el nombre común en español a este hongo.

Fuente : http://www.lostiempos.com/oh/actualidad/actualidad/20091227/tarija-los-produce-hongos-que-aumentan-las-defensas-en_51266_90072.html