Analytics

domingo, 28 de febrero de 2010

Experto alerta de que libertad económica aún puede empeorar


La imperante corrupción estatal y la falta de inversiones, de garantías en el derecho a la propiedad y de la libertad laboral pueden provocar que Bolivia pierda todavía más su “libertad económica”, o sea que el Estado controle todos los rubros de la economía y no brinde espacios a la empresa privada.
Así lo afirmó a La Prensa el investigador James Roberts, de la Economic Freedem and Growth Heritage Foundation, quien llegó al país invitado por la Cámara Americana de Comercio de Bolivia y la Universidad Católica.
El Ejecutivo aclaró que en el país existen plenas garantías para hacer negocios porque hay “libertad de empresa y libertad de mercado”.
Roberts presentó el Índice de Libertad Económica, en el cual Bolivia tiene un puntaje de 49,4 puntos entre 1995 y 2010: está casi en la media mundial. Pero el país tuvo un franco descenso desde 2001, cuando llegó a su tope de 70 puntos, o sea su índice cayó en la última década en 20,4 puntos.
El índice actual del país, señaló Roberts, implica que “Bolivia se encuentra en la categoría de menos libertad económica” y que éste puede disminuir aún más si el Gobierno no cambia sus políticas para atraer inversiones y garantizar los derechos a la propiedad, la libertad laboral y resolver la corrupción estatal.
Roberts resaltó que el Estado no está potenciando a la economía porque impulsa políticas y leyes que no son favorables. Añadió que este clima resulta todavía más afectado porque el Gobierno es “inflexible y rígido” en sus determinaciones sobre la corrupción, la propiedad y las normas laborales, lo cual repercute en una menor inversión.
En cuanto a la corrupción, el investigador afirmó que los países deben estar “libres” de este flagelo porque así se garantiza una economía eficiente. Calificó de “grandes problemas” los datos de análisis e informes de corrupción en la Aduana, Policía y el sistema jurídico boliviano, “porque son entes que necesitan ser transparentes y que expresen confianza” ante la población.
El Ránking de Percepción de Corrupción hecho a 180 países en 2009 reveló que en la región, menos países del Caribe, los más corruptos son Venezuela, Paraguay, Ecuador, Nicaragua, Honduras, Bolivia y Argentina. Con relación a 2008, el país cayó 18 escalones, del puesto 102 al 120, con una calificación de 3 por ciento.
Respecto de la libertad de inversión, Roberts subrayó que los Estados deben ser confiables para los inversionistas, con garantías para que las reglas de juego no cambien a futuro, para así asegurar un crecimiento económico. “Lamentablemente Bolivia no es un país confiable”, indicó, porque las reformas en las leyes crean incertidumbre en el comercio internacional.
Por ejemplo, las recientes prohibiciones del Ejecutivo para frenar la exportación del azúcar, maíz y sorgo no lograron que los costos del azúcar y la carne de pollo bajen en el mercado interno, pero sí provocaron que el país deje de ser confiable para los compradores de sus exportaciones, según la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia.
Otro problema que tiene repercusiones para una menor libertad económica, según Roberts, es que “si hay subsidios del Gobierno para productos básicos y comida, quiere decir que todos los precios en la economía son afectados, los salarios y los precios a los productos”, entonces los precios controlados provocan distorsiones que pueden derivar en inflación.
Sobre la libertad de propiedad, el experto dijo que garantiza las inversiones porque el empresario tiene confianza de asumir más retos. Pero la puntuación es baja en este indicador (10 sobre 100) porque con la nueva Constitución “es posible que el Gobierno pueda expropiar propiedad privada y ésta es una (mala) señal para los inversionistas”. Y sin seguridad jurídica, la calificación seguirá bajando.
En diciembre de 2009, la Confederación de Empresarios Privados presentó una agenda económica en la que planteó el “irrenunciable” derecho a la propiedad privada y un clima favorable para la inversión que genere empleo en el país, con cinco puntos a ser atendidos: unidad, independencia de instituciones, desarrollo, participación plural y generación de trabajo digno.
Precisamente la libertad laboral es el último punto en el cual debe mejorar Bolivia para no decaer más en el índice. Ésta, comentó Roberts, permite a las empresas generar más trabajo, empero, en Bolivia las normas de esta área son “rígidas e inflexibles”, por lo cual el empresario no contratará más trabajadores, sino que los despedirá para evitar mayores conflictos, y ello deriva en el crecimiento del sector informal.
En 2009, Bolivia cerró con 170.189 desempleados, lo que implica una tasa de 7,8 por ciento, mayor que el 7 por ciento de 2008. O sea, siete de cada 100 personas no accedieron a un empleo, según la Encuesta Trimestral de Empleo, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y presentada en febrero.
El viceministro de Planificación Estratégica del Estado, Raúl Prada, aclaró que en Bolivia hay plena libertad para hacer negocios, porque “existe libertad de empresa y libertad de mercado”. Sobre los decretos contra la exportación, dijo que “no atentan contra la libertad de empresa, sino que resguardan el consumo y el mercado internos”.
Añadió que hay un conjunto de leyes aún no revisado que garantiza la inversión privada y externa, y que el país recién ingresará en el desarrollo legal para el nuevo modelo económico establecido por la Constitución. “Pero no creo que en el futuro se impida u obstaculice la inversión. Como dijo el Presidente, queremos socios y no patrones”.
El analista económico Alberto Bonadona calificó de “exagerados” los criterios del estudio y definió que “Bolivia es un país con menor libertad relativamente”. Su homólogo Waldo López dijo que el Estado caerá más en su Índice de Libertad Económica por el proyecto de “socialismo estatista comunitario” para “desplazar la iniciativa privada por la vía de no generarle condiciones adecuadas para que éstas se desarrollen”.
Roberts alertó de que Bolivia sigue los pasos de Venezuela, el país con menor libertad económica en la región (37,1 puntos). Lo que implica que en un futuro el Estado se contraponga “a los principios atemporales de la libertad económica: el individuo deja de tener poder, ya no existe libre competencia y se contribuye a la discriminación”.
Es que la libertad económica permite, según Roberts, prosperidad, mayor nivel de vida, alza del Producto Interno Bruto per cápita, promoción de un buen Gobierno, desarrollo humano, reducción de la pobreza, medio ambiente limpio, entre otros aspectos.
La peor calificación de Bolivia es en el respeto a la propiedad.
Los mejores y los peores del índice
La presentación del investigador James Roberts señala que “a mayor libertad económica, mayor desarrollo económico”, lo que se traduce en prosperidad, mejor nivel de vida, crecimiento en el Producto Interno Bruto per cápita, desarrollo humano, reducción de la pobreza y promoción del medio ambiente limpio.
Los países que ocupan los diez sitios principales por el Índice de Libertad Económica son Hong Kong, Singapur, Australia, Nueva Zelanda, Irlanda, Suiza, Canadá, Estados Unidos, Dinamarca y Chile. Y los diez con peores calificaciones son Corea del Norte, Zimbabue, Cuba, Eritrea, Myanmar, Venezuela, Libia, República Democrática del Congo, Turkmenistán e Islas Salomón. En la región, los peor situados son los de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba): Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y República Dominicana, porque, según Roberts, son Estados que intentan copar toda la economía.
El Índice de Libertad Económica
Bolivia tiene una calificación de 49,4 puntos, sobre un total de 100 en el estudio presentado por James Roberts.
El peor país de la región en el índice es Venezuela, con 37,1 puntos. La otra cara de la moneda es Hong Kong.
A mayor libertad económica, según el estudio presentado, hay mayor desarrollo económico.

Fuente : http://www.laprensa.com.bo/noticias/28-02-10/noticias.php?nota=28_02_10_nego3.php

No hay comentarios: