Y es que el consumo de carne de pollo per cápita el 2011 será de 31 kilos por persona al año; cuando el 2010 era de 30 kilos. En el 2000 este consumo anual por habitante estaba en el orden de los 16 kilos.
La demanda de casi 320 mil toneladas será suficientemente satisfecha por los productores de pollo —destaca el Sispam— ya que la producción anual nacional prevista para el 2011 llegará a 322.445 toneladas métricas; existiendo incluso un leve superávit.
El equilibrio entre la oferta y la demanda de carne de pollo, el 2011, continuará con la armonía alcanzada en el año 2010 —asegura el ministerio— cuando, por un lado, se produjo 304.194 toneladas en todo el año y la demanda del mercado nacional llegó a 301.705 toneladas métricas.
La demanda interna de la carne de pollo crecerá un 6% el 2011 en relación al año pasado; esto significa que subirá de poco más de 301 mil toneladas el 2010 a casi 320 mil el 2011. En lo relativo a la exportación, según el Sispam, los porcentajes son mínimos: si el 2010 se exportó hasta 1.500 toneladas de pollo, el 2011 se prevé llegar a las 1.650 toneladas.
Equilibrio. La consigna del Gobierno es mantener a toda costa el referido equilibrio entre la oferta y la demanda; el objetivo es no dejar caer el precio del pollo (puesto al mayorista) por debajo de 11 bolivianos el kilo, ni dejarlo subir más allá de 14, señaló a La Razón el viceministro de Desarrollo Rural, Víctor Hugo Vásquez.
Menos de 11 bolivianos el kilo significa afectar al productor avícola (que su actividad se haga inviable); y más de 14 bolivianos es atentar contra la economía del consumidor.
Para mantener el equilibrio entre oferta y demanda, el Estado intervendrá directamente en la producción de pollo, a través de la provisión de maíz y torta de soya, el alimento básico de los pollos de granja.
Maíz. En el caso del maíz, la meta del Gobierno es alcanzar las 700 mil toneladas en el año. Para empezar, dio cuenta el viceministro Vásquez, está en curso la importación de 37.500 toneladas, con lo que se espera abastecer a los polleros por lo menos hasta el mes de mayo.
Luego vendrá la producción nacional de maíz en dos campañas agrícolas, de verano e invierno. Si no surge un contratiempo climático en la campaña de verano (que se cosecha en el mes de marzo), se espera obtener 300 mil toneladas de maíz.
En tanto que para la campaña de invierno, que debe cosecharse en agosto, se estima un producto global de 310 mil toneladas; esto será posible —aclara el viceministro— sólo si se logra sembrar al menos 30 mil hectáreas de cultivos de maíz.
Se trata de un poco más de 600 mil toneladas de maíz que el Gobierno pretende comprar al productor agrícola y distribuirlo a “precio justo” a los industriales del pollo y a los productores de leche. Para incentivar la producción de maíz se prevé un programa de entrega de semillas.
El Gobierno también aprovisionará de torta y harina de soya y sorgo a los productores avícolas del país. Para la soya se prevé un convenio con la industria nacional de aceites.
Pollo para el consumo propio
De los pollos criollos o de traspatio que crían los bolivianos, la mitad se la destina para el consumo propio. De los casi 6.100.000 aves criollas que hay en el país, 3.100.000 son destinadas al consumo familiar; 650 mil son vendidas; y poco más de 2.300.000 pollos se los destina al trueque o como regalo, según el INE.
Bolivia se autoabastece del alimento para los pollos
Del total de insumos que se necesita para la crianza de pollos, prácticamente el 90% lo constituyen los alimentos balanceados (maíz, soya y sorgo). Pese a que, sobre todo en el caso del maíz, la producción boliviana es inestable, el alimento requerido para la crianza de los pollos logra ser abastecido por la producción nacional.
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