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jueves, 7 de abril de 2011

Precios suben por La Niña y el trance político, dice un analista


El fenómeno de La Niña, la emisión monetaria y la coyuntura política y social influyeron en el alza de los precios de la canasta familiar, afirmó el economista Hugo Siles, mientras el analista Germán Molina sugirió una mejor coordinación entre la política fiscal y monetaria para alcanzar la meta anual proyectada del 6 por ciento. Un día después del anuncio gubernamental en sentido de que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró 0,89 por ciento para marzo y un nivel acumulado de 3,89 por ciento para los primeros tres meses del año, Siles observó que el dato proyectado a 12 meses alcanza a 11,11 por ciento. El Gobierno proyectó una inflación anual del 6 por ciento, pero el indicador acumulado a tres meses superó el 50 por ciento de la meta trazada. Describió al momento como altamente favorable por los precios de las materias primas que exporta Bolivia, pero en contraste el país debe comprar bienes con precios elevados que inciden en las alzas. El cambio climático incidió en la actividad agrícola y en la producción de alimentos, y la emisión monetaria también influyó en el nivel inflacionario medido por el INE, en opinión del economista. En el mercado laboral, las expectativas de incremento salarial creadas tras el decreto que eleva el salario mínimo en 10 por ciento aumentaron la presión sobre los bienes y servicios, según Siles. Asimismo, calificó de correcta la actuación del Banco Central de Bolivia (BCB), que salió a captar el dinero del público a cambio del pago de tasas de interés en operaciones de mercado abierto. Pero observó un problema de fondo en el aparato productivo porque la demanda de bienes es mayor a la oferta, y ello obedece a una estructura productiva insuficiente, según el analista. La falta de alimentos obligó al Gobierno a importar azúcar y maíz con el propósito de atender la demanda de la población y de sectores industriales. Siles expresó su inquietud por la subvención a los hidrocarburos y su peso en el déficit fiscal, estimado para 2010 en 1.000 millones de dólares. En diciembre, el Gobierno aplicó un ajuste de precios a los carburantes, pero la presión social obligó a abrogar la medida el 31 de diciembre. Un experto sugiere unir políticas En opinión del analista económico Germán Molina, existe una expansión del gasto público que se contrapone a la política monetaria aplicada por el Banco Central de Bolivia (BCB), que, a través de operaciones de mercado abierto, retira circulante para disminuir la presión sobre los precios. Mientras el BCB practica una política monetaria para retirar el exceso de dinero que está en manos del público, el gasto público administrado por el Ministerio de Economía no sigue un proceso de contracción, explicó. Datos del instituto emisor señalan que la emisión monetaria en los últimos 12 meses asciende a 23.127 millones de bolivianos, con un incremento del 29,6 por ciento con relación a marzo de 2010. Molina llamó a corregir las distorsiones para alcanzar una meta inflacionaria del 6 por ciento, un nivel proyectado por el Gobierno tras la reprogramación del Presupuesto General de la Nación. El experto recordó que en noviembre de 2010, el Gobierno estimaba una inflación para 2011 del 4 por ciento, pero los cambios derivados del gasolinazo y su abrogación, en la última semana del pasado año, obligaron a modificar las metas. Durante 2010, la inflación alcanzó un registro acumulado de 7,18 por ciento dominado por el alza en los alimentos que escasearon como efecto de factores climatológicos y el contrabando a países vecinos, según el Gobierno. Enlace : http://www.laprensa.com.bo/noticias/7-4-2011/noticias/07-04-2011_14320.php

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