Este cuadro "sumamente negativo" afecta a las expectativas e induce a un deterioro de los mercados de trabajo y una caída de la inversión y el consumo, señala el organismo dependiente de Naciones Unidas.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe destaca que los fundamentos macroeconómicos de la mayoría de los países de la región son bastante más sólidos que en en el pasado.
Agrega que frente al paulatino agravamiento de la crisis financiera internacional y la certeza de que la región no es inmune al impacto de la crisis, los gobiernos están haciendo un esfuerzo con la aplicación de políticas públicas contracíclicas que minimicen la proyectada disminución del crecimiento.
El abanico de medidas implementadas es muy amplio, ya que depende del espacio fiscal para reaccionar que tenga cada país, la cantidad de activos externos (básicamente reservas internacionales) y la posibilidad de acceder a líneas de financiación en moneda extranjera.
La Cepal prevé que en el corto plazo "los bancos centrales desplieguen una intensa actividad para otorgar liquidez a los sistemas financieros locales en moneda local y en moneda extranjera", pero advierte de que "las características de la crisis imperante requieren otro tipo de medidas".
"Es necesario garantizar la liquidez y permitir que la tasa de interés sea lo más baja posible, pero más liquidez no garantiza un aumento de la oferta de crédito y una mayor oferta de crédito tampoco garantiza un incremento de la demanda de bienes", puntualiza este organismo internacional.
Respecto al gasto público, la Cepal afirma que "es preferible elaborar planes de gasto y poner en marcha proyectos de inversión adecuadamente evaluados, de modo de promover un uso más eficiente de los recursos públicos".
La Cepal aprecia además "una marcada diferencia" entre el alcance de las políticas anunciadas por algunos países suramericanos y algunas economías centroamericanas y caribeñas.
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