Entre Elisa Panadés, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), y Yoriko Yasukawa, de las Naciones Unidas (ONU), coincidieron en que en el país todavía hay una serie de tareas pendientes para reducir la pobreza y encaminar un modelo de desarrollo productivo eficaz y competitivo.
Según Panadés, la FAO considera que el sector empresarial puede ayudar al pequeño productor, porque a diario crecen las exigencias sobre los alimentos a escala mundial y muchas veces los más chicos quedan relegados.
“La falta de alimento es una crisis mundial, pero Bolivia puede sacar ventaja porque tiene las condiciones para producir, eso sí, quizás tenga que poner mayor empeño y atención en los rendimientos, porque puede ampliar su producción para beneficiarse, tanto a nivel interno como externo”, recomendó la representante de la FAO.
En criterio de Yasukawa, lo positivo del país es que pese a la crisis mundial siempre mantuvo un crecimiento macroeconómico razonable, cuenta con recursos fiscales como nunca antes para invertir en tema productivo.
No obstante, Yasukawa puso reparos al señalar que Bolivia tiene una serie de desafíos por resolver como la reducción de la brecha de la extrema pobreza con más y mejores empleos con salarios dignos y la universalización de la educación para que la población en edad escolar tenga mayores oportunidades de formación.
En el ámbito productivo, la representante de la ONU dijo que la unificación de criterios para articular una agenda común son buenas señales.
“Creo que al fin oyeron”
Alberto Bonadona | Economista
Creo que por fin el Gobierno escuchó la súplica de los empresarios que en los últimos años pidieron alianzas productivas de tal forma de planificar, proyectar e impulsar el desarrollo industrial del país desde una visión público-privada.
Este acercamiento lo veo como una acción positiva por parte de Estado que parece haber entendido por fin que buscar coalición con los privados supone mayor crecimiento de la economía y oportunidades para la generación de empleos que tanta falta hacen para reducir la brecha de pobreza.
La iniciativa del Estado es acertada y debe apostar por el sector empresarial y dejar de invertir en las empresas estatales que obedecen a intereses políticos.
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